domingo, 28 de noviembre de 2010

“Quique” Álvarez Córdova: la oligarquía al servicio del proletariado





Enrique Álvarez Córdova, fue uno de los principales promotores de la Reforma Agraria. Un miembro de la oligarquía asesinado por los Escuadrones de la Muerte, junto a otros luchadores sociales. Foto Diario Co Latino/Archivo




Hace 30 años el cuerpo yacente de un ciudadano ejemplar que soñó con un país justo y democrático, que decidió emprender una lucha en contra de la misma clase a la que pertenecía y alzar su voz a favor de todo aquello que beneficiara a las clases menos privilegiadas fue encontrado en ruta hacia Corinto con doce heridas de bala; diez en la espalda, una en un brazo y una en la cabeza.

No se trataba de un ciudadano salvadoreño común y corriente. El cuerpo encontrado aquel 27 de noviembre pertenecía a un tal Enrique Álvarez Córdova, un salvadoreño de 50 años que firmó su sentencia de muerte al dirigir su mirada hacia los intereses de la clase trabajadora “traicionando” a la clase privilegiada a la que pertenecía.

“Quique”, como era conocido, hijo de una de las “14 familias” que llegaron a formar la cabeza económica y financiera del país, estudió desde temprana edad en Nueva York, donde se convirtió en una estrella del baloncesto; a su regreso se convirtió en todo un molde de la alta sociedad. Siempre se veía acompañado de las más hermosas mujeres, y era todo un atleta.
Practicaba el tenis, baloncesto y el polo.

Pero la vida glamorosa no influyó a “Quique” como lo hizo el negocio de la familia: la Agroindustria. Los principales rubros familiares la caficultura y la ganadería lo llevarían a tomar verdadera conciencia de la injusticia a la que es sometida la clase obrera por los grandes empresarios y dueños de todos los terrenos, reses, maquinaria, tecnología y conocimientos, y de todos los medios de producción.

John Lamperti, autor de el libro titulado: «Enrique Álvarez Córdova, Vida de un Salvadoreño Revolucionario y Caballero», asegura que “el siempre se interesó por las difíciles condiciones de vida de los campesinos, los obreros que trabajaban en las propiedades de su familia y trató de mejorar esas condiciones, logró hacer muy poco por que el sistema lo privó de hacer cambios grandes”.

Ya para los años 60, debido a su gran capacidad, Enrique Álvarez Córdova comenzó a participar en el desarrollo de granjas agrícolas y a sembrar, sin ver frutos, la semilla de la
“Reforma Agraria” como Ministro de Agricultura y Ganadería durante los Gobiernos de Sánchez Hernández, de Arturo Armando Molina, y durante la primera junta revolucionaria que tomó el poder de El Salvador a finales de 1979, al derrocar al presidente de turno General Carlos Humberto Romero.

Decepcionado de la falta de voluntad de la clase oligarca para readecuar sus prioridades e indignado por el asesinato de “su entrañable amigo”, el Arzobispo Monseñor Arnulfo Romero, decidió, al igual que muchos otros miles de salvadoreños, unirse a la lucha frontal en contra del aparataje económico, político y social del sistema capitalista.

El 27 de noviembre de 1980 Enrique Álvarez Córdova, Presidente del Frente Democrático Revolucionario (FDR) fue secuestrado y posteriormente asesinado, en un operativo montado por un escuadrón de la muerte integrado por la ex Policía Nacional y Guardia Nacional. Con el fueron también capturados, secuestrados y asesinados Juan Chacón, del BPR; Manuel Franco de la UDN; Humberto Mendoza, del MLP; Enrique Barrera, del MNR.